Las grasas son esenciales para mantener un equilibrio hormonal adecuado. Es un mito que reducir su consumo sea beneficioso para la salud; de hecho, evitar las grasas puede ser perjudicial. Las grasas no se almacenan como grasa corporal, sino que son cruciales para la producción de hormonas como las suprarrenales y sexuales, y para el buen funcionamiento de varios sistemas del cuerpo. La falta de grasas en la dieta puede interferir con la producción de estas hormonas clave, desajustando el metabolismo y afectando incluso la fertilidad. Además, una deficiencia de grasas puede dañar la salud de la piel y acelerar el envejecimiento prematuro. Por lo tanto, es fundamental reincorporar grasas saludables en nuestra alimentación, así como asegurarnos de consumir suficientes proteínas y minerales, que son esenciales para la síntesis hormonal.
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